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Promesas Rotas VI (final)

  Solo se sentían ligeros movimientos que hacían estremecer su cuerpo de dolor, el brillo del sol junto con el ruidoso ambiente la confundieron, cayendo en un ligero sueño que la aprisionaba por ratos, sentía frío y ardor en las extremidades, un constante dolor en la cabeza la inquietaba, pero las voces a su alrededor le clamaban que se mantuviera quieta que todo saldría bien. El olor a frío y medicamentos le indicaron dónde se encontraba, el pulcro lugar le trajo a la mente lo ocurrido, se tranquilizó al verse a salvo pero no duró mucho porque buscaba a alguien más. Destellantes imágenes de lo ocurrido venían a su mente, colores que se mezclaban con sangre, palabras de amor y despedida que apenas pudo oír, estremecieron su cuerpo que quería bajar de la cama y salir a buscarlo, pero las enfermeras se lo impidieron regresándola a la fuerza a permanecer recostada, sedada, durmiendo, olvidando, llorando en silencio, culpándose de lo ocurrido.    Sus heridas físicas no eran gr
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Promesas Rotas V

El ligero sonido de la tierra desprendiéndose se escuchó a destiempo, cuando las ramas y el barro arrastraban el auto al abismo, sacudiendo a los pasajeros en su interior, los gritos se volvieron inaudibles, el sueño ya no estaba presente era una pesadilla al abrir los ojos y verse envuelto en barro, rocas y ramas desprendidas, las ventanas semi cerradas dejaban entrar la tierra húmeda mientras los pasajeros se aferraban a sus asientos evitando golpes que no se podían evitar. El auto parecía patinar en medio de tanto fango, los neumáticos resbalaban sin que el conductor pudiera hacer algo por controlarlos. El sonido de vidrio rompiéndose impacto en los oídos de los pasajeros, la imagen de una larga rama atravesándose por el parabrisas los dejó atónitos, no tanto como el grito de dolor que venía de Gerardo que ahora tenía el rostro inexpresivo, ni dolor o sufrimiento, solo una mirada perdida en el vacío. Respiraciones agitadas que se ahogaban bajo el naranja barro que los cubrí

Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas III

Aquí les dejo la continuación de esta historia... Al día siguiente, alrededor de las diez de la mañana llegaron a su primer destino, la ciudad de los reyes, la capital desde donde tomarían el avión de las once para legar a Iquitos y de allí alquilarían transporte para llegar a un hospedaje ecológico, del cual Camila había estado hablando por semanas solo para que Gerardo lo notara, y así fue. Al llegar al hospedaje a unos veinticinco minutos de la ciudad, libre del ruido vehicular, libre de distracciones típicas de la ciudad, se adentraron a un nuevo paisaje, el aire libre, campo abierto donde se divisaba una gran construcción rústica de madera, que mostraba en su entrada algunas orquídeas que empezaban a florecer; de inmediato los empleados del lugar les ayudaron con el equipaje, mientras se registraban no dejaban de admirar la belleza que los rodeaba, el verde y marrón de todo lo que los envolvía al igual que el amarillo del calor del sol que caía sobre el lugar. Ambos aprov

Promesas Rotas II

U na semana antes Eran las dos de la tarde y no había nadie en casa, el teléfono no dejaba de sonar, o eso era lo que ellos querían que creyeran, habían decidido que este año todo sería diferente empezando por la celebración de un nuevo año juntos de los cuatro que ya llevaban, los amigos, la familia, el trabajo pasaba a segundo plano, solo se centrarían en ellos y en lo que más les apasionaba, divertirse juntos, bailar y reír sin importarles las miradas ajenas. Una semana fuera de la ciudad era la oportunidad perfecta para realizar sus planes, el equipaje ya estaba listo y ellos mucho más. Antes de salir se aseguraron de dejar todo cerrado con llave y también dejaron un nuevo mensaje en su casilla de mensajes de voz que decía: “somos Camila y Gerardo, déjanos tu mensaje y te llamaremos luego” El taxi los esperaba en la entrada de su casa, y el claxon del vehículo les anunciaba que llevaba mucho esperándolos, Camila y Gerardo solo intercambiaron sonrisas en lugar de decirse

Promesas rotas

Me sigues haciendo daño a pesar de estar muy lejos, a pesar de haber olvidado tu rostro y tu tonta sonrisa, a pesar de haber tirado tu ropa, a pesar de haber tirado tu recuerdo a la basura, me sigues haciendo daño. Sabía desde el inicio que esto sería complicado pero no te hice caso, la idiota razón se dejó vencer en mí, y mírame ahora yo aquí en este lugar intentando odiarte y olvidarte pero aún te veo en mis sueños, aun te siento junto a mi almohada, aún te veo reflejado en mis ojos cuando me veo al espejo. Me odio por ser tan sensible, me odio, pero más te odio a ti porque acertaste respecto a mí, acertaste en todo, mis gestos, mi comportamiento, mis estados de ánimo, ¡estúpido!, por qué tuve que enamorarme de ti sabiendo que no estarías siempre conmigo, porqué prometiste nunca dejarme y fue lo primero que hiciste, porqué te sigo hablando como una tonta sabiendo que no me escuchas, ¡IDIOTA! te dije que yo debía morir antes que tu pero no me dejaste hacerlo, ahora mírame desde dond

Días de lluvia

Un día bajo la incesante lluvia que limpia todo, gota a gota van cayendo como lágrimas del cielo, de alegría o tristeza, ¿quién sabe? Solo siento el frío roce de las gotas sobre mi piel, cayendo en mi rostro, empapando mis ropas y haciendo más resbaloso es suelo que apenas está cubierto de hierbas y otros arbustos. Hoy es un día lluvioso y lo seguirá siendo hasta que quiera detenerse. Por lo pronto estás son algunas cosas que haría bajo la lluvia, Tan solo detenerme, extender los brazos  y sentir las gotas caer. Correr bajo la lluvia, aunque eso no evite que me moje de pies a cabeza o que pueda caerme en el intento. y cuando todo haya acabado, ver salir nuevamente el sol.