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Pequeñas pláticas



Ella: Eras todo lo que quería encontrar pero no me di cuenta que yo no era lo que tu esperabas, todo al inicio era realmente romántico, un sueño de amor (estúpidos sueños). Mis cambios repentinos de ánimo, y tu tratando de que esto funcionara siempre eran suficientes, pero…

Él: cada día a pesar de lo que pueda suceder no cambio de opinión respecto a lo que siento por ti, aunque últimamente estoy decayendo más y más, necesito tu ayuda para poder mantener esta relación a flote, pero parece que eso solo funciona por ciertos momentos y luego vuelves a olvidarte de mí…
Ella: es cierto que suelo centrarme en mi misma la mayor parte del tiempo, pero es así como soy. Sé lo mucho que puedo herirte con mis actos o palabras que digo de forma tan directa como ahora, no intento justificarme pero esta soy yo; tienes razón al decir que me falta madurar, no lo niego,
Él: intento entenderte por completo pero me siento sin fuerzas para continuar haciéndolo, no tengo más que decir,
Ella: no diré que lo siento porque si lo vuelvo a decir será una puerta a muchos más y no quiero sentirme culpable de nada más
Él: yo también soy culpable de esta situación, como dices somos dos en esta relación y cualquier cosa que pase nos compete a los dos, amor  ven y dame un abrazo,
Ella le corresponde y el silencio se presenta entre ellos aunque las miradas dicen mucho más que todas las frases dichas.

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Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas II

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Promesas Rotas V

El ligero sonido de la tierra desprendiéndose se escuchó a destiempo, cuando las ramas y el barro arrastraban el auto al abismo, sacudiendo a los pasajeros en su interior, los gritos se volvieron inaudibles, el sueño ya no estaba presente era una pesadilla al abrir los ojos y verse envuelto en barro, rocas y ramas desprendidas, las ventanas semi cerradas dejaban entrar la tierra húmeda mientras los pasajeros se aferraban a sus asientos evitando golpes que no se podían evitar. El auto parecía patinar en medio de tanto fango, los neumáticos resbalaban sin que el conductor pudiera hacer algo por controlarlos. El sonido de vidrio rompiéndose impacto en los oídos de los pasajeros, la imagen de una larga rama atravesándose por el parabrisas los dejó atónitos, no tanto como el grito de dolor que venía de Gerardo que ahora tenía el rostro inexpresivo, ni dolor o sufrimiento, solo una mirada perdida en el vacío. Respiraciones agitadas que se ahogaban bajo el naranja barro que los cubrí