Ir al contenido principal

Decepción

Las imágenes de aquel doloroso momento no salen de mi memoria, ráfagas de temor, lágrimas que caen sin control, mejillas mojadas y manchadas de desilusión..la tarde paso como cualquier otra, al menos eso es lo que pensó en un inicio... un mensaje al celular, una llamada inquietante y repetitiva, más la confianza que ella depositó en él no tenía comparación, todos le advertían mas ella no quería ver cegada por el profundo amor que le tenía, que aun siente a pesar de todo, pasaban los minutos pero él no llegaba a la cita pactada, decidió llamarlo, quizás algo lo retrasó, pensaba muy confiada, no hubo respuesta alguna…la preocupación se hizo mayor y su alternativa más próxima fue ir a verlo y sorprenderlo, sin saber que sería todo lo contrario…entre el camino un par de amigos mutuos la saludaron.
Tres pasos que pudieron evitarse por el destino pero éste quería que ella vea la verdad y no se interpuso; esperó en la acera de enfrente a que cambiara la luz del semáforo sin saber que al levantar la vista todo su mundo se derrumbaría al verlo abrazar y  besar a otra como lo hacía con ella- frases como “eres especial”, “solo tu conoces mi risa y mis juegos tontos” se colaron en su mente mientras su cuerpo se inmovilizaba y sus ojos dejaban caer gotas saladas de tristeza y rabia. Se quedó un momento viendo todo, guardando en su memoria cada gesto, cada movimiento que un día fue suyo, que un día la cautivo y hoy simplemente ya no existe…….. retrocede – le grita su cabeza más su corazón guarda una esperanza inútil y tonta.
Sus ojos se cerraron y solo volteo para olvidar y seguir su propio rumbo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas II

U na semana antes Eran las dos de la tarde y no había nadie en casa, el teléfono no dejaba de sonar, o eso era lo que ellos querían que creyeran, habían decidido que este año todo sería diferente empezando por la celebración de un nuevo año juntos de los cuatro que ya llevaban, los amigos, la familia, el trabajo pasaba a segundo plano, solo se centrarían en ellos y en lo que más les apasionaba, divertirse juntos, bailar y reír sin importarles las miradas ajenas. Una semana fuera de la ciudad era la oportunidad perfecta para realizar sus planes, el equipaje ya estaba listo y ellos mucho más. Antes de salir se aseguraron de dejar todo cerrado con llave y también dejaron un nuevo mensaje en su casilla de mensajes de voz que decía: “somos Camila y Gerardo, déjanos tu mensaje y te llamaremos luego” El taxi los esperaba en la entrada de su casa, y el claxon del vehículo les anunciaba que llevaba mucho esperándolos, Camila y Gerardo solo intercambiaron sonrisas en lugar de decirse

Promesas Rotas V

El ligero sonido de la tierra desprendiéndose se escuchó a destiempo, cuando las ramas y el barro arrastraban el auto al abismo, sacudiendo a los pasajeros en su interior, los gritos se volvieron inaudibles, el sueño ya no estaba presente era una pesadilla al abrir los ojos y verse envuelto en barro, rocas y ramas desprendidas, las ventanas semi cerradas dejaban entrar la tierra húmeda mientras los pasajeros se aferraban a sus asientos evitando golpes que no se podían evitar. El auto parecía patinar en medio de tanto fango, los neumáticos resbalaban sin que el conductor pudiera hacer algo por controlarlos. El sonido de vidrio rompiéndose impacto en los oídos de los pasajeros, la imagen de una larga rama atravesándose por el parabrisas los dejó atónitos, no tanto como el grito de dolor que venía de Gerardo que ahora tenía el rostro inexpresivo, ni dolor o sufrimiento, solo una mirada perdida en el vacío. Respiraciones agitadas que se ahogaban bajo el naranja barro que los cubrí