Ir al contenido principal

Nueva historia a los añosss


Un día como hoy

Empezar el día a las 6:30 am cuando la mayoría en casa aun duerme, pero solo escucho un susurro a mi costado casi como una melodía, al cabo de unos segundos me doy cuenta que deje la radio encendida la noche anterior y los auriculares están justo a la altura de mis oídos, me giro en la cama para acurrucarme a causa del frio de la mañana que siempre me aprisiona entre las sábanas, intento conciliar el sueño otra vez pero me es imposible, otros pensamientos alborotan mi cabeza y me tienen intranquila. La paz que hace poco sentía al despertar se ha esfumado poco a poco y de pronto del todo ahora ya no estoy en calma me siento incómoda con lo que hasta ahora he estado haciendo en mi vida, me pregunto si realmente esto será lo que deseo hacer de por vida, ¿Estará bien que piense esto?, ¿estará bien que tenga estas incomodas batallas de pensamientos conmigo misma justo al empezar el día? Me doy vuelta y allí sigue mi celular con los auriculares aun emitiendo sonido de la melodía que pasa en la radio sintonizada, tomo el auricular y empiezo a cambiar de estación hasta que por fin una canción parece calmar mi espíritu… la música suena y me relaja, aquellos pensamientos que me atemorizan se esfuman y estoy otra vez en paz, tranquila como debe ser. Otra vez me acurruco entre mis sábanas  no para dormir sino para tararear la canción que estoy escuchando, así permanezco unos minutos, antes que mi propio cuerpo me pida salir de la cama, “levántate” me diría si pudiera, “ya es hora, tienes mucho que hacer”… y yo obedientemente doy un salto fuera de las sábanas con la intención de empezar el día con las cosas que había planeado. Pero lo planificado nunca me va bien por lo que prefiero hacer lo primero que me venga en mente, me giro hacia la ventana y veo el cesto de ropa a medio llenar… será un buen momento para lavar la ropa sucia por poca que sea , si lo hago ahora no me molestara el resto del día…. Vacio la canasta y clasifico la ropa luego bajo y meto la ropa en la lavadora, espero a que ésta haga su trabajo pero justo a la mitad se va la luz; decisiones, decisiones…. Problema resuelto solo tendré que retirar todo y lavar a mano, además no es mucho, así avance más aprisa de lo esperado, cuando hube terminado las luces se encendieron y no me quedo otra cosa que apagarlas y subir a tender toda la ropa. Qué más hacer luego de esto, nada en mente, solo la música que volaba entre mis pensamientos una y otra vez, algunas canciones me eran conocidas en tanto de otras no sabía de su existencia hasta ahora…

Que más hacer me decía hasta que un sonido familiar retumbo en mis oídos… un mensaje…… wow me sorprendió que alguien este despierto al igual que yo… al abrir el mensaje la ilusión murió , si no pagaba la cuenta estos día me quedaría sin línea por un buen tiempo. Que otra cosa podría pedir… viendo el lado bueno al menos se acordaron de mí.  Después de esto no me queda mucho por no hacer ya que todo estaba listo, los deberes realizados, la casa limpia y todo en su lugar  no le veía que más hacer. Solo esperar a que sea de noche para salir, era algo planeado desde hace unos días atrás (yo no lo planee solo acéptela invitación) salir con unos amigos a no sé donde para divertirnos, sonaba genial, aun lo es. Solo me pregunto qué hare el resto del día…. Hasta que lo averigüe seguiré escuchando música.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas II

U na semana antes Eran las dos de la tarde y no había nadie en casa, el teléfono no dejaba de sonar, o eso era lo que ellos querían que creyeran, habían decidido que este año todo sería diferente empezando por la celebración de un nuevo año juntos de los cuatro que ya llevaban, los amigos, la familia, el trabajo pasaba a segundo plano, solo se centrarían en ellos y en lo que más les apasionaba, divertirse juntos, bailar y reír sin importarles las miradas ajenas. Una semana fuera de la ciudad era la oportunidad perfecta para realizar sus planes, el equipaje ya estaba listo y ellos mucho más. Antes de salir se aseguraron de dejar todo cerrado con llave y también dejaron un nuevo mensaje en su casilla de mensajes de voz que decía: “somos Camila y Gerardo, déjanos tu mensaje y te llamaremos luego” El taxi los esperaba en la entrada de su casa, y el claxon del vehículo les anunciaba que llevaba mucho esperándolos, Camila y Gerardo solo intercambiaron sonrisas en lugar de decirse

Promesas Rotas V

El ligero sonido de la tierra desprendiéndose se escuchó a destiempo, cuando las ramas y el barro arrastraban el auto al abismo, sacudiendo a los pasajeros en su interior, los gritos se volvieron inaudibles, el sueño ya no estaba presente era una pesadilla al abrir los ojos y verse envuelto en barro, rocas y ramas desprendidas, las ventanas semi cerradas dejaban entrar la tierra húmeda mientras los pasajeros se aferraban a sus asientos evitando golpes que no se podían evitar. El auto parecía patinar en medio de tanto fango, los neumáticos resbalaban sin que el conductor pudiera hacer algo por controlarlos. El sonido de vidrio rompiéndose impacto en los oídos de los pasajeros, la imagen de una larga rama atravesándose por el parabrisas los dejó atónitos, no tanto como el grito de dolor que venía de Gerardo que ahora tenía el rostro inexpresivo, ni dolor o sufrimiento, solo una mirada perdida en el vacío. Respiraciones agitadas que se ahogaban bajo el naranja barro que los cubrí