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y ahora qué?

jejje esa es la pregunta que me hago todos los días al desertar, aunque estoy segura de algo hoy me toca escribir una nueva historia ^^, pero una cortita... 

JUNTOS

- Mira allá arriba, vez esa estrella que acaba de pasar, sabes lo qué eso significa - hubo un silencio antes de continuar hablando- sí eso supuse yo, uno, dos, tres, pidamos nuestro deseo... espero que se cumpla el tuyo porque el mio ya se cumplió, sigo junto a ti (y una sonrisa se dibujo en su rostro y sus ojos parecían brillar). Tenias razón cuando dijiste que la vista desde aquí era lo mejor que había y hasta ahora no dejo de creer lo mismo; desde aquí podemos ver las luces de la ciudad que solo están encendidas por nosotros. (El viento era cálido y con él se movían los árboles y flores que habían). Sabes creo que ya es hora de regresar a casa, la siguiente semana estaremos juntos aquí otra vez, no lo olvides yo siempre vendré hasta el fin de mis días. (Y así se alejo dejando un ramo de flores sobre la tumba de su amada que tuvo que dejarlo mucho antes de lo que ellos esperaban pero siempre se veían, eso era lo que él  decía cada vez que llegaba hasta ese lugar). 

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Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas II

U na semana antes Eran las dos de la tarde y no había nadie en casa, el teléfono no dejaba de sonar, o eso era lo que ellos querían que creyeran, habían decidido que este año todo sería diferente empezando por la celebración de un nuevo año juntos de los cuatro que ya llevaban, los amigos, la familia, el trabajo pasaba a segundo plano, solo se centrarían en ellos y en lo que más les apasionaba, divertirse juntos, bailar y reír sin importarles las miradas ajenas. Una semana fuera de la ciudad era la oportunidad perfecta para realizar sus planes, el equipaje ya estaba listo y ellos mucho más. Antes de salir se aseguraron de dejar todo cerrado con llave y también dejaron un nuevo mensaje en su casilla de mensajes de voz que decía: “somos Camila y Gerardo, déjanos tu mensaje y te llamaremos luego” El taxi los esperaba en la entrada de su casa, y el claxon del vehículo les anunciaba que llevaba mucho esperándolos, Camila y Gerardo solo intercambiaron sonrisas en lugar de decirse

Promesas Rotas V

El ligero sonido de la tierra desprendiéndose se escuchó a destiempo, cuando las ramas y el barro arrastraban el auto al abismo, sacudiendo a los pasajeros en su interior, los gritos se volvieron inaudibles, el sueño ya no estaba presente era una pesadilla al abrir los ojos y verse envuelto en barro, rocas y ramas desprendidas, las ventanas semi cerradas dejaban entrar la tierra húmeda mientras los pasajeros se aferraban a sus asientos evitando golpes que no se podían evitar. El auto parecía patinar en medio de tanto fango, los neumáticos resbalaban sin que el conductor pudiera hacer algo por controlarlos. El sonido de vidrio rompiéndose impacto en los oídos de los pasajeros, la imagen de una larga rama atravesándose por el parabrisas los dejó atónitos, no tanto como el grito de dolor que venía de Gerardo que ahora tenía el rostro inexpresivo, ni dolor o sufrimiento, solo una mirada perdida en el vacío. Respiraciones agitadas que se ahogaban bajo el naranja barro que los cubrí