Ir al contenido principal

hora de la historia

hola, hola, creo que ya es tiempo de hacer otra publicación, en ese caso aquí la dejo:

Hanna




Cada suceso importante y otros que solo llenaban algunos espacios en la vida de Hanna eran anotados cuidadosamente en su libreta o como ella le decía su corazón de papel, desde hace ya algunos años había seguido esa misma costumbre, exactamente desde que su tía abuela una navidad le regalo una libreta de tapa dura color azul marino y en secreto le dijo que si no queria perder lo que vivía que lo guardara entre líneas en aquel cuaderno. Ella sí lo hizo y no había noche que antes de ir a dormir no redactara lo que vivio durate el día, aunque a veces quería desistir de aquello ya que se decía a si misma que quizás alguien más podría leerlo y revelaría muchas cosas que ella consideraba muy personales y secretas, por lo que lo escondía en lugares diferentes cada que podía claro sin que se le olvidarse donde lo puso.
una mañana muy temprano antes de ir a una reunión con sus amigas del colegio Hanna salio muy a prisa pues se había retrasado más de lo que era prudente, ni bien cerro la puerta de su casa y avisar a su madre a donde se dirigía acelero el paso y empezó a correr sin percatarse que al cruzar la calle un vehículo venia a toda velocidad y al parecer no se percato a tiempo que Hanna se atravesaría. Hanna recibió un duro golpe y permaneció tendida en la pista mientras los curioso se aglomeraban a s alrededor, uno de ellos la reconocio y aviso a su madre quien de inmediato llamo una ambulancia y condujo al hospital  central. Hanna no reaccionaba, aunque los doctores decían que estaba fuera de peligro, eso preocubaba realmente a sus padres y también a sus amigos que no quisieron dejar el hospital hasta saber que habia reaccionado pero lo tuvieron que hacer tarde o temprano. Inconsiente permanecio un par de semanas y una tarde cuando su madre tomaba su mano y acariciaba su frente, Hanna abrio los ojos sin saber dónde se encontraba y su mirada estaba perdida, asustada y confusa. Su madre la brazo fuertemente pero Hanna se solto de inmediato al tiempo que preguntaba quien era ella, y qué hacia alli. los doctores llegaron a la habitación y tras un examen determinaron que Hanna habia perdido la memoria pero que poco a poco la recuperaría aunque no sabian con exactitud cuando.
Una semana después Hanna regreso a casa con su familia, sus amigos fueron a visitar pero ello no reconocía a nadie. Permanecía siempre encerrada en su habitación recortada sobre la ventana de su cuarto contemplando la calle hasta que en una de esas noto algo escondido entre las cortinas era un pequeño cuaderno que traía la inscripción de Hanna, ella con algo de duda abrió lo que encontró y en la primera página encontró una fotografía, era ella y se veía muy feliz, le causo mucha impresión por lo que cerro de inmediato el cuaderno y no volvió a abrirlo hasta unos días después en que con algo más de confianza ojeo unas cuantas páginas, con ello descubrió lo que había vivido pero ella lo sentía extraño y nada le traía a su mente algún recuerdo de ello. Así pasaron los meses y Hanna leía y releía su libreta y trataba de recrearlo en su mente y cada vez le era más fácil hasta que poco a poco en sueños fueron apareciendo imágenes que se fueron repitiendo y al contrastarlas con lo escrito en su cuaderno descubría que lo había vivido, de esta manera no fue tan complicado empezar otra vez y recordar poco a poco recobrando su vida.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Promesas Rotas IV

Continuación...... De regreso a su cabaña, ambos se detuvieron solo para contemplarse el uno al otro y entregarse en un cálido abrazo como nunca se lo habían dado, aquella noche ambos soñaron en la misma almohada, apaciguando el deseo que tenían sus cuerpos de estar juntos, cansados de tanto amor, cayeron rendidos, abrazados, con ánimos de no soltarse jamás, mantenerse siempre unidos. Los primeros rayos de sol de la nueva mañana se apresuraron a colarse por las ventanas iluminando todo a su paso, encaprichados en despertar a quien encuentre a su paso, obligando a parpadear a los ojos aun dormidos de quienes reposaban aun en la cama, los ligeros movimientos tratando de evadir los rayos del sol no funcionaron y ambos se vieron obligados a despertar y levantarse a un nuevo día, sonriendo a pesar del sueño dejaron la cama y se alistaron para explorar   el lugar. El aroma de la naturaleza los envolvió hipnotizándolos a continuar. -           Qué te pareció la idea de venir aquí

Promesas Rotas II

U na semana antes Eran las dos de la tarde y no había nadie en casa, el teléfono no dejaba de sonar, o eso era lo que ellos querían que creyeran, habían decidido que este año todo sería diferente empezando por la celebración de un nuevo año juntos de los cuatro que ya llevaban, los amigos, la familia, el trabajo pasaba a segundo plano, solo se centrarían en ellos y en lo que más les apasionaba, divertirse juntos, bailar y reír sin importarles las miradas ajenas. Una semana fuera de la ciudad era la oportunidad perfecta para realizar sus planes, el equipaje ya estaba listo y ellos mucho más. Antes de salir se aseguraron de dejar todo cerrado con llave y también dejaron un nuevo mensaje en su casilla de mensajes de voz que decía: “somos Camila y Gerardo, déjanos tu mensaje y te llamaremos luego” El taxi los esperaba en la entrada de su casa, y el claxon del vehículo les anunciaba que llevaba mucho esperándolos, Camila y Gerardo solo intercambiaron sonrisas en lugar de decirse

Promesas Rotas VI (final)

  Solo se sentían ligeros movimientos que hacían estremecer su cuerpo de dolor, el brillo del sol junto con el ruidoso ambiente la confundieron, cayendo en un ligero sueño que la aprisionaba por ratos, sentía frío y ardor en las extremidades, un constante dolor en la cabeza la inquietaba, pero las voces a su alrededor le clamaban que se mantuviera quieta que todo saldría bien. El olor a frío y medicamentos le indicaron dónde se encontraba, el pulcro lugar le trajo a la mente lo ocurrido, se tranquilizó al verse a salvo pero no duró mucho porque buscaba a alguien más. Destellantes imágenes de lo ocurrido venían a su mente, colores que se mezclaban con sangre, palabras de amor y despedida que apenas pudo oír, estremecieron su cuerpo que quería bajar de la cama y salir a buscarlo, pero las enfermeras se lo impidieron regresándola a la fuerza a permanecer recostada, sedada, durmiendo, olvidando, llorando en silencio, culpándose de lo ocurrido.    Sus heridas físicas no eran gr