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segunda historia, ya era hora

termine de pasar otra historia , aquí el resultado:(no se me ocurrió otro titulo)
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Alina

Se encontraba caminando a lo largo de un callejón, su vestimenta ayudaba a que se confundiera con la noche, sus pasos eran fuertes, no había temor en ellos, lógico, era ella de quien todos debían huir. Nadie quería que se acercara por su camino a no ser que tengan algo pendiente que resolver. Alina era su nombre, la joven que tiene la llave al otro mundo, quién mejor que ella para proteger la entrada al más allá, y quién mejor que ella para visitarte cuando te legue la hora de partir.
Sus ojos blancos por completo  podían divisar una vida apagarse a mucha distancia, sus sentidos eran únicos, podrías pensar que estas siendo cuidadoso, pero ella ya te escucho.
La llave cuelga de su cuello y nunca nadie se ha atrevido a arrebatársela, nadie, hasta que una noche en que cumplía su trabajo, llegó hasta Ian el joven que perdería su alma. En realidad no era un humano, sino alguien que está estancado entre ambos mundos  aunque él no lo sabía. Ian como todos los otros suplicaron por su vida – si bien la tuviera- prometiendo cambiar si eso ayudaba, pero Alina no era quien juzgaba solo los guiaba hasta la eternidad. Ian en su intento de liberarse de su oscuro porvenir tomó la llave que ella traía, Alina quedo sorprendida porque la llave en manos ajenas a las suyas se desvanecía y volvía con su dueña pero no esta vez, no con Ian quien sin saberlo dejo salir su energía interior que por mucho estuvo dormida, paralizando los efectos mágicos e la llave, fue así como Ian empujo a Alina hacia la oscuridad cerrando la puerta para no arriesgarse a verla de nuevo. El fatal resultado solo pudo significar almas atrapadas en este mundo sin suerte de cruzar la puerta, no quedándoles más que expulsar su furia con los vivos, atemorizándolos, dañándolos, haciéndoles sentir lo mismo que ellos.
A pesar de lo que pudo pasar con Alina, ella no se encontraba del todo atrapada, simplemente encontró propio el tomar un descanso pero era consciente que no debía ser por siempre, así que tomo las cadenas de sus botas uniéndolas para formar una cuerda más larga capaz de alcanzar la puerta que la condujo a la oscuridad. Siguió el sendero que se había formado llegando a la entrada. No había ninguna llave en su poder pero ella conocía otra forma de abrir la puerta. Cogió la daga que traía en su cinturón y con la misma hizo brotar sangre de sus manos para luego dejar caer gota por gota sobre la puerta. En consecuencia la puerta se abrió de par en par solo para ella, la antigua cerradura desapareció solo para que una nueva tome su lugar junto con otra llave que esta vez se encontraba fusionada a su mano y solo aparecería cuando ella la necesitase.
Estando de vuelta, su objetivo era encontrar a Ian, aquel ladrón, no fue complicado hallarlo aunque su apariencia hubiera cambiado, sus rasgos humanos eran escasamente notorios pero no sus ansias de continuar en el mundo humano. Ian se atemorizo ante la presencia de Alina, pero estaba seguro que él poseía la llave y no se explicaba cómo pudo salir.
Paso a paso Alina se acercaba hasta Ian, sin quitar su mirada furiosa sobre él. El sonido de las cadenas que se arrastraban se hacían más fuertes, el tiempo parecía detenerse ante esa escena, no había escapatoria, definitivamente no la había. Alina se detuvo de golpe a una distancia considerada de Ian, quien solo la contemplaba inmóvil casi hipnotizado. Las cadenas fueron azotadas contra el suelo una y otra vez en señal que todo acabaría pronto. Los poderes de Ian serian inútiles ahora, cuando se vio envuelto por las cadenas que lo asfixiaban cada vez más, Alina ordenó a la llave que apareciera ante ella, al tiempo que la puerta a la oscuridad se levantaba tras de ella, el temblor de la tierra era normal en ese momento. La llave fue introducida en la cerradura al tiempo que Ian era traído de golpe hacia la entrada, sus suplicas no le sirvieron al encontrarse cara a cara con la oscuridad. Solo eso basto para que las almas vagabundas retomaran su camino y Alina continúe con lo suyo.

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